ÂĄNo hubiera querido estar en ningĂșn otro sitio en ese momento!
- Paula Leitner

- 28 feb
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Bijgewerkt op: 12 mei

Se acercaba el 7 de octubre y realmente querĂa estar en Israel para vivirlo con Israel, para sentir el dolor y lamentarme con ella y para animarla.
Estas 3 semanas en Israel han sido muy especiales. SĂ, he sentido el dolor, me he afligido y me han animado, pero tambiĂ©n me he animado a mĂ misma. Eso es siempre tan rico en el Reino de Dios: Ăl siempre te da mĂĄs de lo que piensas, esperas o puedes siquiera imaginar. En respuesta a la pregunta que me suelen hacer: «¿Es seguro? De todas formas, sĂ© que estĂ© donde estĂ©, estoy en las manos de Dios y no pasa nada, que que Ăl no permita y que no pueda utilizar para el bien. Y ademĂĄs durante este viaje he experimentado inmensamente la protecciĂłn y la paz de Dios a mi alrededor a mi alrededor. Por ejemplo, ha habido ataques terroristas cerca de lugares, donde se suponĂa que debĂa ir, pero tuvieron lugar antes o despuĂ©s que yo estaba allĂ. Y cuando estaba con mis amigos cerca de Haifa, no ha habido una sola alerta aĂ©rea en ese pueblo. Y eso mientras que los que se llevĂł a cabo todos los dĂas antes de venir y habĂa alertas aĂ©reas en el pueblos que nos rodean las alarmas aĂ©reas sĂ sonaban. Pero lo mĂĄs milagrosa es la paz interior y la alegrĂa que tuve todo el tiempo que se me permitiĂł experimentar y dar testimonio a los israelĂes tambiĂ©n. testificar. Y eso es un testimonio recibido, ÂĄAleluya!
El mejor momento para mĂ fue el ataque masivo con misiles desde IrĂĄn el 1 de octubre. Antes de que pienses ahora que estoy completamente fuera de la pista fuera de la pista, permĂtanme explicar. Estaba asistiendo a un servicio de una congregaciĂłn mesiĂĄnica, donde tambiĂ©n celebrĂĄbamos la Cena del Señor celebrada. En el sermĂłn, el pastor hablĂł de 1 Corintios 11:24-26. AquĂ se nos llama a recordar y este recordar es una proclamaciĂłn de la muerte del Señor. El pĂĄrroco explicĂł claramente que no es sĂłlo una proclamaciĂłn de la muerte de Yeshua, sino tambiĂ©n de Su resurrecciĂłn, Su ascensiĂłn y por tanto Su su realeza (pues estĂĄ sentado a la diestra del Padre) y de su Segunda Venida. Unos minutos mĂĄs tarde, mientras la Cena del Señor, las alarmas del aire y alarmas de nuestros telĂ©fonos y un poco mĂĄs tarde los sonidos de explosiones de los cañones antiaĂ©reos. Decidimos sentarnos en la capilla de Christchurch y seguir celebrando, con recuerdo, con la proclamaciĂłn de la muerte, resurrecciĂłn reinado y retorno. Yo estaba en pleno shalom y experimentaba verdaderamente: esto es a lo que estamos llamados como Cuerpo del MesĂas. Nosotros Estamos llamados a enfrentar e incluso estar en medio de la destrucciĂłn, la muerte, destrucciĂłn, destrucciĂłn, odio y quebrantamiento, para proclamar la victoria del Cordero de Dios proclamar. ÂĄNo hubiera querido estar en ningĂșn otro lugar en ese momento! El era un pedazo de cielo (el reino de Dios) en la tierra....
























